-A-Alec, no, no puedo, no puedo hacerlo-rompí a llorar, el me abrazó
-Mira Hannah, vete ¿ok?, tu tranquila, no va a suceder nada-corrí hacia la habitación de Alec, solo oía gritos y lloriqueos, pero, me llegó un olor, un olor tan delicioso que nunca lo había olido...venía del cuarto de la cena, volví allá para ver que era ese olor, llegando, vi otra vez a los vampiros, habían menos personas, de unas 30 que habían ahora solo quedaban 3
-Vamos Hannah, que sea tu primera "presa"-dijo Aro, el olor era...insoportable, tan delicioso que era insoportable, cerré mis ojos, lo dudé un momento, y corrí, corrí hacia las personas que quedaban, mis ojos seguían cerrados, no quería ver
-Hannah, Hannah ¿estas bien?-dijo Alec, abrí mis ojos, ahora no había nadie
-Si, eso creo-dije, todos en la sala me empezaron a aplaudir
-¡¡¡Es una de nosotros, es una de nosotros!!!-gritaban, mi expresión asustada cambio a sonrisa, había probado la sangre humana y me gusto, sabia sensacional, nada comparado con los animales
-Bueno, Jane, Heidi, vayan a arreglar a nuestra queridísima novia-dijo Aro, sonreí mucho más, Alec parecía feliz también, Jane y Heidi me llevaron al cuarto de esta, en el sillón había un hermoso vestido gris, con pedrería en la parte superior, era el vestido más lindo que había visto, la parte inferior parecía el tutu de una bailarina de ballet, a excepción por el color ya que este era un gris oscuro, parecía un de esos vestidos del siglo XX, habían unas lindas zapatillas de tacón bajo, eran plateadas con pedrería decorándolas, habían un juego de joyería, eran diamantes reales.
-¿Te gusta?-dijo Heidi-Aro me dijo que en te trajera un lindo vestido, la parte de arriba es de seda, es de los mejores diseñadores, no te quise traer el blanco tradicional, quería que fuera más lindo y original-finalizó con una sonrisa, Jane puso los ojos en blanco
-Si, gracias Heidi, es el vestido más hermoso que he visto, muchas gracias-Heidi asintió, Jane hizó una mueca-bueno, si no les importa tomaré una ducha rápida, digo, ¿puedo usar tu baño Jane?-pregunté con la mayor cortesía que pude, ella hizó otra mueca, Heidi le dió un codazo
-Mmm, ok, no importa-dijo un tanto convencida
-Gracias-respondí
Trate de no tardar, no quería hacer esperar a mis peinadoras y maquillistas, aparte, estaba ansiosa, pasaría con Alec el resto de mi vida, no importaba nada, no importaba que fuera odiada por licántropos e incluso por mi propia familia adoptiva, solo quería ser felíz, era una egoísta total, no me importaba lo que dijeran Esme, Rose o Alice, si Edward me odiara y fueramos enemigos mortales toda la eternidad, no me importaba nada. Siempre había sido así de egoísta, cuando era humana, yo deseaba vivir en una casa de lo más lujosa en Inglaterra, tener gente que hiciera la comida y la limpieza por mi, no tener que preocuparme por nada simplemente.
Narrá Rosalie.
Ya casi llegabamos, ya me había hartado de estar en un avión tanto tiempo, pero...valia la pena, era la boda de mi hermana y eso me hacia feliz, bien sabia que ahora comería sangre humana, sería una huraña, malvada, no saldría nunca, pero no me importaba, queria que Hannah la pasará genial, aunque eso si, la seguiria frecuentando y llendo a visitarla.
-¿Harta hermosa?-me dijo Emmett
-¿Qué? ¡Oh!, si si, ya me aburrí, solo eso, ¡ya estoy ansiosa! no puedo creer que la pequeña Hannah se vaya a casar, tal vez en un año podamos ser boda doble...-dije a Emmett tomando su mano
-Como digas preciosa-dijo sonriendo, besé su mejilla
-¿Qué hora es? ¿Cuantó falta? ¡Estoy taaan emocionada! ¿Hannah nos iria a visitar?, Ojalá porque si no tendré que tener un jet privado para venir a verla a Volterra cada 7 días, ¡la voy a extrañar tanto! ¿crees que si se quede aqui?, porque puede ir a Forks con Alec y vivir allá, en serio, no hay problema, ¡no puedo creer que se vaya a casar!, es que cuando me dio la noticia fue tan...¡inesperado!, sabia que le pediría matrimonio pero no pensé que fuera tan rápido y que se quedaran a vivir en Volterra y...-parloteó Alice desde el asiento de atrás, ya me habia hartado de ella, habia hablado durante tooodo el viaje, volteé a verla para lanzarle una mirada asesina que la hiciera callar, pero Jasper se me adelantó tomando su mano, Alice lo volteó a ver-...que la decisión fuera tan repentina, ¡que precipitada! ¡es peor que Bella cuando le urge casarse!-
-¡Callaté callaté que me desesperas!-le grité, todos en el avión me voltearon a ver, Bella empezó a reir, tambien Edward y Nessie
-Tranquila, solo faltan 5 minutos máximo-me tranquilizó Emmett-respira ondo, cuenta hasta 10...-
-Lo intento pero no lo logró cariño-dije a Emmett a regañadientes
-Pasajeros, hemos llegado a Florencia-dijo la sobrecargo por el altavoz
-¡Al fin!-grité alzando las manos-¿a caso no se hartaron de Alice pasajeros?-todo el mundo se me quedó viendo
-¡Yo si!-dijo un cuarentón y debil pasajero de los asientos de atrás, volteé a verlo, venía con su esposa y dos hijas, estas pusieron cara de avergonzadas-...un poquito-dijo cuando Alice le lanzó una mirada asesina
-Vamos-dijo Emmett, bajamos del avión, eramos Emmett, Alice, Jasper, Edward, Bella, Nessie, Esme y Carlisle
-Bueno...-dijo Carlisle-...vamos-
Narra Hannah
Ya era hora, Heidi y Jane me estaban peinando, y maquillando, estaba nerviosa.
-Calma corazón, calma-dijo Heidi, yo asentí y me relaje, creo que se notaba mi ansiedad
-Solo te queria pedir un favor...-dijo Jane-...cuida a mi hermano-tome sus manos
-Con toda mi alma...o lo que tenga, pero lo cuidare, Jane asintió, terminaron de vestirme y arreglarme, eché un último vistazo al espejo para ver como había quedado
-No esten tristes, ¡que ya llegué!-gritó una voz familiar, volteé
-¡Alice!-grité corriendo hacia sus brazos-¡cuanto me alegra verte!
-¿Y que a mi no?-dijo Rose riendo desde la puerta
-¡Como no! ¡Hola Rose! ¡Las extrañe!-entraron Nessie y Bella
-¡Hola Hannah!-dijeron al unísono
-Bella, Nessie, gracias por venir-dije agradecida
-Te ves hermosa-dijo Alice
-Muchas gracias-asentí
-Oye pero...¿Alec no te ha visto arreglada, verdad?-dijo Rose
-Ahhh...¡nop!-respondí
-Que bien, debemos conservar las tradiciones-Rose sonrió-Bueno, entonces, vamos-
Salimos al jardín donde era la boda, estaba adornado con docenas de jarrones con rosas y arreglos florales, vi gente a lo lejos.
-Yo...mandé a traer todos estos arreglos, espero no te moleste-dijo Alice
-Obvio no hermanita-respondí, oí un ruido familiar: era la marcha nupcial
-Toma toma-dijo Rosalie dandome un hermoso y grande ramo, Carlisle llegó y paso su brazó abajo del mio
-¡Papá!-grité emocionada
-Vamos pequeña-me dijo con un guiño, al parecer iba a ser la boda perfecta, estaban mis hermanas, mi cuñada y mi sobrina, mis hermanos, mi papá me iba a ir a dejar al altar, todo era maravilloso, aunque en el fondo, temía que sucediera algo malo, no me percaté cuando llegamos al altar, hasta que Carlisle me soltó y Alec tomó mi mano, me miró maravillado
-Hermosa es un insulto comparado contigo-me susurró al oido, sonreí
-Felicidades-me susurró Marco
-Gracias-susurré, ahi estaban Aro, Cayo y Marco en el altar, se veian elegantes, pero nada comparado con Alec, el estaba más que hermoso, me le quedé contemplando, solo oía que Marco hablaba y hablaba, pero no ponía atención
-Hannah ¿aceptas?-dijo Marco
-¿Qué? ¿Qué?, digo si, acepto-no me percaté que ya estabamos en el "si"
-¿Y tu Alec?-le preguntó, el tomo mi mano y vio el suelo, pareció dudarlo, eso me asustó
-Yo...este...¡no!-dijo, empecé a llorar
-Alec ¿Por que? ¿Porque?-
-Hannah, claro que acepto pero no quiero que tengas esta vida solo para estar conmigo, mira, no soy ningun principe ni nada, ellos solo quieren tu poder, no les interesa que seamos felices, Hannah...¡ahi otras maneras!, por eso hago esto, porque...¡te amo!-dijo suplicante, estampó sus labios con los mios, me aferró por la cintura, yo rodee su cuello con mi brazos, oí un gruñido, nos separamos y volteamos a ver, eran lobos, enormes lobos, eran como 30
-¡Corre, Hannah, corre!-gritó Alec, parecía que quería luchar con esos lobos, yo tome su mano
-Hannah, huyé de aqui, estaremos bien, nos vemos, nos mantendremos en contacto, huyé ¡huyé!-gritó Alice, Alec me cargó en sus hombros y empezó a correr, al final, pasó lo que más temia: que todo saliera mal.